martes, 8 de mayo de 2018

Cómo pasar de Windows a Mac.



 (O viceversa) sin morir en el intento.

Cambiar de aires no es siempre sencillo, pero la transición entre los sistemas operativos de Microsoft y Apple no tiene por qué ser traumática si se consideran algunas pautas.Puede que te hayas cansado de las eternas instalaciones de actualizaciones de Windows y quieras hacer hueco en tu vida a los ordenadores de Apple. O que hayas decidido darle una oportunidad al sistema operativo de Microsoft después de mucho tiempo encariñado con los equipos de la manzana mordida. Sea cual sea el sentido del cambio, para que tu nueva relación vaya viento en popa vas a tener que aprender cómo tratar a tu nuevo compañero y qué teclas apretar para conseguir lo que quieres.

Por mucho que te hayan advertido de lo difícil que es la transición entre Windows y macOS (o viceversa) y de lo perdido que vas a encontrarte ante un diseño, unos programas y unos comandos radicalmente diferentes, lo cierto es que, con un poco de paciencia y un diccionario básico de traducción entre sus idiomas, puedes hacerte con el nuevo entorno en un tiempo razonable.

He abandonado mi MacBook Pro por este clon de Huawei y casi vuelvo a WindowsMICHAEL MCLOUGHLIN
El MateBook X es el segundo ordenador de la marca china. Un equipo ultrafino que busca emular el éxito de las máquinas de Apple a un precio más asequible. Lo hemos probado


¿Explorar o Encontrar?

Si bien ambos sistemas operativos disponen de un escritorio y ventanas, la forma de acceder a los programas y los archivos es algo diferente. Para empezar, en el Mac no existe un equivalente como tal al botón “Inicio” de Windows, aunque el usuario puede colocar las aplicaciones que más utilice en el Dock o barra de iconos situada en la parte inferior de la pantalla para acceder a ellas más rápidamente.

Por otro lado, el Finder de macOS y el Explorador de Windows ofrecen distintos esquemas y vistas para gestionar los ficheros. Por ejemplo, el ‘software’ de Apple te los muestra todos en la misma ventana en la opción "Todos mis archivos” del menú “Ir” de la barra superior del escritorio, mientras que el de Microsoft te da a elegir desde el principio entre muchas más opciones y carpetas en las que bucear.


El Explorador de Windows muestra las carpetas y Archivos de forma diferente a Finder (EC)

No obstante, casi siempre hay alguna alternativa a las funciones que eches de menos de uno u otro, aunque quizá necesites indagar para encontrarla. Así, mientras que el Explorador te muestra la ruta de un archivo automáticamente, para encontrarla en Finder deberás ir al menú “Visualización” y seleccionar la opción “Mostrar barra de ruta”.

Se nota el cambio de gestores de archivos: los de Mac se tendrán que acostumbrar a más clics y los de Windows a arrastrar ficheros

Desgraciadamente, no hay un atajo para facilitar la transición entre los dos gestores de archivos, por lo que, al principio, necesitarás buscar mucha información en manuales y documentación que ambas empresas tienen disponibles en internet. En general, los usuarios de Mac deberán acostumbrarse a hacer más clics y utilizar más rutas rápidas en el teclado en Windows, mientras que los desertores del sistema de Microsoft tendrán que habituarse a arrastrar y soltar ficheros entre las ventanas.

Programas y aplicaciones

La mayoría de los programas más populares —Chrome, Firefox, Spotify, los paquetes de Office y Adobe…— tienen versiones adaptadas a cada uno de los dos sistemas operativos, por lo que solo tendrás que descargarte el equivalente para tu nuevo ordenador.

Por su parte, los nuevos usuarios de Mac deberán acostumbrarse a que las aplicaciones no son solo cosa de móviles y que disponen de muchas y diferentes herramientas y programas que pueden descargarse de la App Store —en general, pagando, eso sí—. De hacerlo, lo que obtendrán en su equipo será un archivo .dmg del que, haciendo doble clic, extraerán una unidad en el escritorio que contiene el programa. Por último, solo tendrán que arrastrarlo a la ubicación donde quiera almacenarlo. Este no se instala, por así decirlo; lo único que se adquiere es una carpeta con los permisos de ejecución.



En el Launchpad de macOS podrás encontrar todas las aplicaciones (EC)

Mientras que unos deben habituarse a ellas, otros puede que las echen de menos. Si has roto con la manzana mordida, dejarás de disfrutar de ‘apps’ como Mail, Pages (el editor de textos) o Keynote (para hacer presentaciones), aunque dispones de sus correspondientes sustitutos cortesía de Microsoft y aún podrás acceder a estas herramientas en internet a través de iCloud. Lo que sí es aconsejable es que, en caso de tener muchos archivos en formatos legibles solo para los dispositivos de Apple, los conviertas para poder modificarlos en un PC.

Si tienes muchos archivos en formatos sólo para los dispositivos de Apple, lo mejor es que los conviertas para Windows

El ‘modus operandi’ también varía en lo que respecta a la desinstalación de ‘software’. En los ordenadores de Apple, podrás acceder a los programas a través de la carpeta “Aplicaciones” o bien en el Launchpad que encontrarás en el Dock. Para eliminar alguna, solo tendrás que arrastrarlas a la papelera, ubicada en la misma barra. En el entorno de Microsoft, la operación es un poco más enrevesada: los usuarios deben ir al Panel de Control para elegir el programa que se quiere borrar del equipo.
Atajos del teclado y particularidades del ratón

Pero aparte de programas ausentes, una de las principales frustraciones que sufren los nuevos usuarios de cualquiera de los dos sistemas operativos surge cuando se enfrentan a un teclado, un ratón o un ‘touchpad’ similares en apariencia, pero diferentes en muchos aspectos. Encontrar los atajos del teclado o las combinaciones de clics necesarias para realizar tareas básicas, como detener un programa atascado o copiar y pegar un archivo, pueden traer serios quebraderos de cabeza a los novatos.

Una de las entradas más consultadas de un hipotético diccionario Windows-MacOS sería, seguramente, la del botón derecho. Mientras que el típico doble clic se mantiene, en los MacBook no hay botón derecho que valga: la forma de desplegar el menú equivalente en los portátiles de Apple es pulsar con dos dedos sobre el panel táctil. Deslizar las yemas sobre su superficie puede, además, darte agradables sorpresas que tienen que ver con la visualización y la navegación por las ventanas abiertas.



FOTO 3. Aunque los atajos del teclado y el ratón son distintos en ambos sistemas operativos, no es difícil hacerse a las diferencias (Hillary I Flickr)

En cuanto al teclado, un primer paso bastante útil para conocer las diferencias entre uno y otro es consultar las guías de métodos abreviados que ofrecen tanto Microsoft como Apple. En general, los novatos deberán sustituir la tecla Ctrl (Control) de Windows por el Cmd (Command) de macOS, o viceversa. Aunque no siempre es tan sencillo. Para forzar el cierre de una aplicación, por ejemplo, las combinaciones equivalentes son Ctrl+Alt+Supr y Alt+Cmd+Esc.

La clave, en cualquier caso, está en experimentar y consultar los manuales las veces que haga falta hasta que el cerebro asimile el nuevo idioma.
No dejes tus fotos atrás

Sea cual sea el lenguaje al que te enfrentes, seguramente querrás llevar contigo en la mudanza una maleta (digital) con todas esas imágenes y vídeos que guardabas en tu anterior ordenador. Existen dos opciones principales: utilizar un servicio de almacén en la nube para reubicar el material o una memoria externa con la que hacer un transvase.

No obstante, la manera de gestionar las fotos y archivos multimedia en macOS difiere bastante de la que podemos ver en Windows. A diferencia del ecosistema de Microsoft, el primero no dispone de ninguna carpeta que recoja todos los ficheros de imagen y sonido, así que no es posible simplemente copiarlos y pegarlos.

Si vas a abandonar un Mac y quieres tus fotos en Windows, una alternativa es Google Fotos

Si vas a abandonar un ordenador de Apple, una alternativa para llevarte las fotos consiste en descargar la herramienta de Google Photos para Mac. Esta se encargará de recopilar todas las imágenes de tu ordenador y las tendrás disponibles en la nube de Google. Asimismo, puedes utilizar Dropbox o subir los archivos a OneDrive de Microsoft. Windows, sin embargo, te pone la mudanza mucho más fácil. Basta con guardar los ficheros en cualquiera de los dos servicios de almacenamiento mencionados o copiarlos en una memoria externa.

Por desgracia, revisar todos los detalles del cambio entre ambos sistemas operativos es prácticamente imposible. Tanto el tiempo como el esfuerzo requeridos para realizar la transición dependerá de cada persona, pero, en cualquier caso, el cambio no es tan duro como parece. Solo es cuestión de armarte de paciencia y explorar tu nuevo juguete hasta que vuelvas a tenerlo todo bajo control.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

CALENDARIO