1. No escribas con mayúsculas.Equivale a gritar. Utilízalas con moderación, como para, por ejemplo, resaltar un concepto. De verdad, la gente que escribe constantemente con mayúsculas (todas tienen un motivo oculto más o menos misterioso), tiene la facilidad de aburrir al resto, de cansarlos o incluso de irritarlos.
2. No escribas con faltas de ortografía. O por lo menos no con las más salvajes (ejemplos). Si te lo han dicho algunas veces, deberías plantearte mejorar eso, ya que con decir que uno es como es, y que si tuvo no sé qué problemas para estudiar y tal, no sirve: la incultura no es motivo de orgullo. Es motivo de preocupación, si acaso, para aprender y mejorar. Y no hay excusa, créeme: una persona no escribe bien porque no sabe, y no sabe o porque no tiene capacidad para aprender, o porque no lo considera importante, ni siquiera necesario. Y es cierto: para vivir no hace falta tener una ortografía impecable, pero si para dar una buena imagen. Sobre todo en medios escritos como las redes sociales.
Si por las razones que sea, no tienes una ortografía aceptable, escribe primero en Word, usa el corrector ortográfico, copia y pega. O utiliza el corrector del móvil. Y si no tienes ninguno de los dos, hazte un favor y ponte un punto en los dedos: lo mismo tu opinión no es tan imprescindible en ese momento como para hacerle daño en los ojos a otras personas más sensibles al terrorismo gramatical, ni para ofrecer una imagen lamentable por algo tan gratuito como un debate en Twitter o Facebook.
Hazme caso: aprende a escribir bien. Te será muy útil en tu trabajo y en tu vida, y dominarás un aspecto básico y fundamental de la cultura: la propia lengua. Tienes sitios en Facebook dedicados a la ortografía como este, o este otro; en Twitter, este es bastante bueno; por otra parte, hay cursos como los de mailxmail o webs como ortografiaygramatica.com.
3. No hables de lo que NO sabes. No seas un fantasma. Si no sabes sobre un tema porque no lo has estudiado lo suficiente, si no tienes pruebas de lo que vas a decir, si no has confirmado lo que vas a escribir, no lo escribas: en una conversación de ignorantes, en la que te crees alguien porque sabes cuatro cosas más que el resto, es fácil que te aparezca un cabrito, que de verdad sepa del tema, te revuelque y te deje en evidencia. Así, y como nunca sabes a quien tienes delante, párate a pensar lo que vas a escribir. Y si quieres hablar sobre un tema que no conoces, procura investigarlo antes. Piensa que opiniones hay muchas, pero razones sólidas, no siempre hay tantas. Y bulos ridículos los encuentras a montones por las redes sociales, porque los mueven muchos necios que olvidan esta regla tan simple y no contrastan mínimamente lo que escriben.
Dentro de esto, no seas tan imbécil como para no leer lo que se dice en la conversación en la que estás metido: antes de responder, lee bien lo que te están diciendo. No vayas obcecado con tu pensamiento para soltarlo ya. No, en serio, no es imprescindible responder de inmediato, de hecho es mejor esperar un poco. Presta atención a lo que realmente te están diciendo, no te comportes en plan idiota, respondiendo sin leer lo que el otro te razona. Al final te pueden acabar haciendo lo mismo que tu debes hacer cuando te encuentres a un necio así: responder con estupideces como esta.
4. No cacarees tus miserias. Ahórrale al mundo muchas risas con la forma grotesca en que te han dejado, o con la perenne cantinela de tus desdichas. Piensa que conforme cuentas tus debilidades, además de que otros las saben, quedan en el ciberespacio.
Por otra parte, tampoco es que sea muy elegante el hecho de espolvorear tus dolores, tus quejas y tus movidas. Es cutre, cansino, innecesario, inútil y estéril. Excepto para los amigos del dolor ajeno, claro, que ven a otro tarado compartiendo sus quebrantos más chorras. A esos les viene estupendamente la gente que no para de hablar de sus cosas.
Siguiendo estas simples cinco reglas, y con un poco de esfuerzo por tu parte, puedes evitar quedar como un idiota en internet, como otro de los infinitos tarugos que depositan sus cagadas por las redes sociales como si no pudieran evitarlo.
5. No compartas fotomierders. Esta es prioritaria. Es como lo de “no le des de comer al gremlin después de media noche, que se vuelve chungo”. Los fotomierders son esas composiciones gráficas donde aparece algún mensaje bienintencionado, tipo frase de manual de autoayuda de Coelho o de Bucay, con angelitos, florecitas, corazoncitos y otras chorraditas similares (meme).
Crea tu propio contenido. Escribe lo que quieres, pero hazlo tu. Si es que te gusta eso de usar memes, usa un generador como el de memegenerator.es, pero sé original. O por lo menos no seas un cursi papanatas. Déjate de consejos mierdosos de cajón: puede que le gusten a parte del personal, pero a otra parte los va a repeler como la peste. Porque mira que llegan a ser vergonzantes estos dichosos cartelitos.
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